¿Quién es el responsable del declive de la clase política argelina? ¿Para qué sirven los partidos políticos argelinos?
Para controlar el juego político, Buteflika ha organizado y dirigido metódicamente la destrucción total de la competente y valiosa clase política argelina.
Hemos constatado, con gran pesar, un deterioro de la calidad de las políticas y de la dignidad de la práctica política. También se han producido una serie de fenómenos como :
1. La disminución de la calidad de los actores políticos
La aparición de políticos no cualificados, oportunistas o malintencionados. En lugar de servir al interés general, estos actores suelen estar motivados por intereses personales o financieros o por la búsqueda del poder.
2. Populismo y demagogia
El auge del populismo es otro aspecto de este deterioro. Los políticos populistas explotan los miedos y frustraciones de la gente prometiendo soluciones simplistas a problemas complejos, a menudo basadas en una retórica emocional más que en hechos y análisis rigurosos.
3. Debilitamiento de las instituciones democráticas
La «hobgoblinización» de la política también se refleja en el debilitamiento de las instituciones democráticas. Esto puede incluir ataques a la independencia del poder judicial, la manipulación de las elecciones o la erosión de los derechos de la prensa.
4. Pérdida de confianza de los ciudadanos
La consecuencia directa de estos fenómenos es la pérdida de confianza de los ciudadanos en sus dirigentes e instituciones. Esta desconfianza puede conducir a una menor participación política, a un cinismo generalizado y a un debilitamiento de la cohesión social.
Este «legado» de Bouteflika parece perdurar, a pesar de los intentos del Presidente Tebboune de moralizar la vida pública. Hemos visto esta reminiscencia del pasado con el RND y el BINA, que claramente no han entendido la nueva dirección que está tomando Argelia, que consiste en romper definitivamente con la cultura del ejecutivo y el culto a la personalidad que tanto daño han hecho a Argelia.
En todo el mundo, las misiones de un partido político son cruciales para el buen funcionamiento de una democracia. Entre ellas figuran la representación de los ciudadanos, la elaboración de programas, la participación en elecciones, la formación política, la creación de un marco de participación ciudadana, la agregación de intereses, el control del gobierno, la promoción de valores, el fortalecimiento de la democracia y la mediación entre el Estado y la sociedad. En el cumplimiento de estas misiones, los partidos políticos desempeñan un papel indispensable en la estructuración y la revitalización de la vida política.
En Argelia ocurre todo lo contrario. Los partidos políticos no son más que una colección de matones y oportunistas cuyo único objetivo es hacerse con subvenciones públicas y colocarse en puestos de responsabilidad para sobornar y ser sobornados. El presidente Tebboune debería golpear con mano de hierro para disolver esos pseudopartidos, que constituyen la inmensa mayoría de la clase política argelina.
Nuestro país nunca podrá alcanzar sus objetivos de desarrollo social y económico a menos que la vida pública sea más ética y se eleven el nivel y la calidad de los actores políticos.
Comentarios
Publicar un comentario