¿Comparte el pueblo marroquí la hostilidad institucional hacia Argelia instigada por el régimen marroquí?
La relación entre Marruecos y Argelia es compleja y está históricamente marcada por tensiones políticas y diplomáticas. Estas tensiones a menudo se exacerban debido a cuestiones geopolíticas, como el estatus del Sahara Occidental y las disputas fronterizas percibidas por los marroquíes, influenciadas por ambiciones expansionistas.
Es innegable que existe una hostilidad institucional por parte del régimen marroquí hacia Argelia, manifestada a través de ataques organizados contra la historia, la cultura y el patrimonio argelinos, así como contra los mártires argelinos.
Lo que resulta llamativo es la ausencia de voces disidentes en Marruecos que condenen estos ataques sistemáticos contra Argelia. Es cierto que Marruecos es una dictadura en la que expresar disidencia puede ser peligroso, pero es notable que, en el contexto de la normalización de relaciones entre Marruecos e Israel, ha habido manifestaciones de la población marroquí contra esta normalización. En contraste, no ha habido manifestaciones en Marruecos criticando la hostilidad institucional hacia Argelia.
A partir de esta observación, surge una pregunta legítima: ¿este hostilidad está ampliamente compartida por el pueblo marroquí? Por mi parte, diría que la respuesta es SÍ, y por varias razones:
Al examinar los libros de texto escolares marroquíes, se observa que los estudiantes están expuestos a una visión negativa de Argelia. Por ejemplo, estos libros omiten mencionar las fronteras entre Figuig y Tinduf, y Argelia a menudo está ausente como nación en la historia enseñada. Se sugiere que Argelia ocupa territorios marroquíes y que la existencia misma del estado argelino se percibe como una ofensa para Marruecos, ya que se considera que Francia creó Argelia y redibujó las fronteras de Marruecos.
Uno de los pilares del nacionalismo marroquí parece ser la hostilidad hacia Argelia. Cuanto más se expresa esta hostilidad, más se considera patriota en Marruecos. No es raro que las personas en Marruecos insulte a Argelia y a los argelinos para demostrar su patriotismo.
De manera factual, no existen manifestaciones registradas en Marruecos o en el extranjero que condenen este odio hacia los argelinos.
Como resultado, el odio hacia los argelinos está profundamente arraigado en el inconsciente colectivo marroquí, una realidad que no se puede ignorar. En Argelia, los dirigentes nunca han considerado necesario enseñar a las generaciones jóvenes las verdaderas fronteras históricas del país, como el Oued Moulouya en el oeste y el Oued Noun en el suroeste. La mayoría de los argelinos desconocen que ciudades como Oujda o Figuig alguna vez formaron parte de Argelia y que Francia cedió más de 100,000 kilómetros cuadrados de territorios argelinos a Marruecos en 1845 para recompensar a Moulay Abderrahmane por traicionar al Emir Abdelkader.
Hoy, después de 62 años de independencia, el Ministerio de Educación Nacional argelino ha creado generaciones de personas ingenuas que creen inocentemente que el pueblo marroquí es un pueblo hermano. Desafortunadamente, este discurso es reproducido por las más altas autoridades del país, incluido el presidente, quien recientemente declaró que el pueblo marroquí es un pueblo hermano y que el problema de Argelia radica en el régimen marroquí. Sin embargo, al examinarlo detenidamente, ¿podemos realmente considerar como hermano a un pueblo que cree firmemente que las wilayas de Tinduf y Bechar les pertenecen? ¿Un pueblo que se apropia de nuestro patrimonio cultural y religioso? ¿Un pueblo que insulta a nuestros mártires en las redes sociales?
Desafortunadamente, el pueblo argelino muestra una gran ingenuidad y falta de perspicacia, ya que no ha comprendido que la historia es una recurrencia eterna. Ignorar el pasado pone en peligro el presente y el futuro. Es lamentable que la mayoría de los argelinos no sean conscientes de las traiciones marroquíes, que comenzaron con la traición de Bocco hacia el rey Jugurta, luego la traición al Emir Abdelkader. También se puede mencionar el papel de los marroquíes en las masacres del 8 de mayo de 1945 en Sétif, Guelma y Kherrata, sin olvidar el incidente del avión del FLN secuestrado el 22 de octubre de 1956, o el uso vergonzoso de la revolución argelina por parte del sultán Mohamed V para presionar a Francia en beneficio de Marruecos.
Las traiciones mencionadas anteriormente no se enseñan a los niños argelinos en las escuelas, ya que los dirigentes argelinos han optado por mantener una ilusión de hermandad que nunca ha existido realmente entre los pueblos argelino y marroquí. Esta ingenuidad inexplicable por parte de Argelia contrasta fuertemente con los programas escolares marroquíes, que preparan a los jóvenes marroquíes para odiar a Argelia, acusada de ocupar territorios marroquíes (las wilayas de Tinduf y Bechar, que Marruecos considera parte de sus fronteras auténticas). Al examinar los libros de texto marroquíes, se observa que no muestran las fronteras entre Figuig y Tinduf, enseñando así a los niños marroquíes que Marruecos debe "recuperar" lo que ellos llaman el Sahara Oriental.
Lamentamos profundamente que los argelinos continúen mostrando una ingenuidad excesiva, creyendo en ilusiones que ponen en peligro nuestra seguridad nacional. Es crucial que el legislador argelino revise en profundidad los programas escolares para preparar eficazmente a las generaciones futuras para enfrentar las amenazas que enfrenta el país.
Belgacem Merbah
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