Desde su presentación en 2007, con el respaldo de Francia, el plan de autonomía propuesto por Marruecos para el Sahara Occidental ha generado fuertes críticas, planteando numerosas preguntas sobre su credibilidad y sus verdaderas intenciones. Este plan, resumido en apenas tres páginas y media, parece más una herramienta propagandística que una propuesta seria para resolver un conflicto tan complejo.
Una Propuesta sin Credibilidad
Una de las principales críticas a este plan es su superficialidad. ¿Cómo es posible abordar un conflicto de tal magnitud con una propuesta tan breve? Además, este plan nunca fue presentado al Frente Polisario, el único representante legítimo del pueblo saharaui reconocido por la ONU en diversas resoluciones (particularmente las resoluciones 34/37 de 1979 y 35/19 de 1980). Esta negativa a establecer un diálogo directo refleja un claro desprecio hacia los saharauis y su derecho inalienable a la autodeterminación.
Una Contradicción Legal: ¿Cómo Puede Marruecos Ofrecer Autonomía?
Un aspecto fundamental que a menudo se pasa por alto es que Marruecos no posee soberanía sobre el Sahara Occidental. Este territorio está clasificado por la ONU como un "territorio no autónomo" pendiente de un proceso de autodeterminación. ¿Cómo puede Marruecos ofrecer autonomía a un pueblo en un territorio sobre el que no tiene derechos legales? La soberanía sobre el Sahara Occidental pertenece exclusivamente al pueblo saharaui, lo que convierte la propuesta marroquí en una contradicción tanto legal como ética.
Una Estrategia de Evasión
En lugar de buscar un diálogo sincero con los saharauis, los principales afectados por el conflicto, Marruecos ha optado por presentar su plan a las grandes potencias occidentales, especialmente Francia y Estados Unidos. Esta estrategia de eludir a los saharauis busca obtener legitimidad internacional mientras se ignoran sus aspiraciones.
Esta actitud contradice el dictamen de 2002 de Hans Corell, entonces asesor jurídico de la ONU, quien afirmó que la explotación de los recursos naturales del Sahara Occidental sin el consentimiento del pueblo saharaui viola el derecho internacional. A pesar de esto, Marruecos sigue beneficiándose de la explotación de los recursos saharauis, a menudo con la complicidad de actores internacionales.
Una Maniobra para Prolongar el Conflicto
El plan de autonomía no tiene como objetivo resolver el conflicto, sino prolongar el statu quo. Al promover iniciativas unilaterales, Marruecos busca consolidar su control sobre el territorio mientras continúa explotando sus recursos naturales. Esta estrategia contradice los repetidos llamamientos de la ONU para organizar un referéndum de autodeterminación, como se estipuló en el acuerdo de alto el fuego de 1991.
La Complicidad de las Potencias Occidentales
Las potencias occidentales, en particular Francia y Estados Unidos, desempeñan un papel clave en el mantenimiento de este punto muerto. Francia, miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, bloquea regularmente cualquier resolución crítica con Marruecos. Este apoyo político va acompañado de una complicidad económica, especialmente en la explotación de los recursos naturales del Sahara Occidental.
El territorio está lleno de recursos como fosfatos, zonas de pesca y energías renovables, que atraen a empresas occidentales. Estas, al firmar acuerdos con Marruecos, se convierten en cómplices del saqueo ilegal de los recursos saharauis. Por ejemplo, los fosfatos extraídos de las minas de Bucraa se exportan a través del puerto de El Aaiún, bajo control marroquí, en violación del derecho internacional.
Ignorar los Derechos del Pueblo Saharaui
Según la Carta de la ONU (artículo 73), todos los territorios no autónomos deben disfrutar de derechos inalienables, incluido el derecho a decidir libremente su futuro. Al proponer un plan de autonomía sin consultar directamente al pueblo saharaui, Marruecos viola estos principios fundamentales, así como las resoluciones del Consejo de Seguridad (particularmente las resoluciones 2414 y 2440) que llaman a una solución mutuamente aceptable.
Ignorar una Solución Sostenible
La única solución legítima al conflicto del Sahara Occidental pasa por un referéndum de autodeterminación, una demanda reconocida durante décadas. Los intentos de eludir este derecho fundamental a través de iniciativas como el plan de autonomía solo retrasan la justicia y perpetúan el sufrimiento del pueblo saharaui.
Conclusión
El plan de autonomía de Marruecos de 2007 es una quimera diseñada para legitimar una ocupación ilegal y prolongar un conflicto no resuelto. ¿Cómo puede Marruecos pretender ofrecer autonomía cuando no tiene soberanía sobre el Sahara Occidental? La soberanía pertenece exclusivamente al pueblo saharaui, y solo ellos tienen derecho a decidir su futuro.
Las potencias cómplices, al respaldar esta iniciativa, ignoran los derechos fundamentales de los saharauis y contribuyen a un statu quo injusto. Una solución sostenible, conforme al derecho internacional, solo puede alcanzarse respetando la voluntad del pueblo saharaui mediante un referéndum justo y transparente.
Belgacem Merbah
Plan de Autonomía para el Sahara Occidental :
Comentarios
Publicar un comentario