Ambiciones expansionistas marroquíes sobre el territorio argelino durante la Guerra de Argelia: Análisis de un documento de inteligencia francés de 1957
Un documento de los servicios de inteligencia franceses, fechado el 16 de diciembre de 1957, revela las ambiciones expansionistas de Marruecos hacia Argelia durante la Guerra de Independencia de Argelia. Este documento arroja nueva luz sobre la compleja relación entre ambos países y contradice parcialmente la narrativa histórica enseñada en Argelia, que enfatiza el apoyo incondicional de Marruecos a la revolución argelina.
En la versión oficial de la historia de la Guerra de Argelia, tal como se enseña en las escuelas argelinas, Marruecos bajo el rey Mohammed V es presentado como un aliado firme en la lucha por la independencia de Argelia. Esta narrativa destaca la unidad de los pueblos marroquí y argelino en su lucha contra el colonialismo francés. Es cierto que, al principio, los revolucionarios argelinos veían su lucha como parte de un movimiento más amplio de liberación del Magreb (Túnez – Argelia – Marruecos). El ataque a la región del Norte de Constantina en agosto de 1955, por ejemplo, se llevó a cabo en respuesta al exilio del sultán marroquí a Madagascar, lo que ilustra esta solidaridad regional.
Sin embargo, el año 1956 marcó un punto de inflexión decisivo en las relaciones entre Argelia y Marruecos. Durante este período, Marruecos y Túnez obtuvieron su independencia tras negociaciones directas con Francia, dejando a Argelia continuar sola su lucha armada. Esta divergencia en las trayectorias reveló, según algunos observadores argelinos, el "verdadero rostro" de Marruecos, que entonces fue visto como impulsado por ambiciones expansionistas. Estas ambiciones se encarnaban particularmente en la teoría del "Gran Marruecos", promovida por Allal El Fassi, una figura clave del nacionalismo marroquí. Este concepto, desarrollado en 1956 con la influencia del servicio de inteligencia francés (SDEC), reclamaba territorios mucho más allá de las fronteras actuales de Marruecos, incluyendo el Sáhara Occidental, Mauritania, una parte del Sahara argelino (oeste) y una porción del noroeste de Malí.
Para imponer estas reivindicaciones territoriales a los argelinos, Marruecos adoptó desde 1956 una estrategia militar y diplomática. El Ejército de Liberación Marroquí (ALM) llevó a cabo una prolongada campaña de guerrilla a lo largo de la frontera argelino-marroquí, con el objetivo de debilitar la resistencia argelina e imponer la idea del "Gran Marruecos". Paralelamente, se hicieron esfuerzos para convencer a los notables de las regiones fronterizas de jurar lealtad al sultán Mohammed V, aprovechando afiliaciones históricas y tribales.
El documento de diciembre de 1957 proporciona un relato detallado de estos esfuerzos. Describe cómo miembros del ALM viajaron a Béchar para persuadir a la población local de que, en realidad, eran marroquíes y, por lo tanto, debían someterse a la autoridad del sultán. Este documento sugiere que, lejos de ser un apoyo desinteresado a la causa argelina, Marruecos perseguía sus propios objetivos geopolíticos, lo que pone en duda la sinceridad de su apoyo a la revolución argelina.
Es importante señalar que los involucrados en este esfuerzo no eran miembros del Ejército Real de Marruecos, sino del Ejército de Liberación Marroquí, una fuerza que supuestamente representaba la voluntad del pueblo marroquí. Este hecho subraya una convergencia entre los objetivos expansionistas del régimen marroquí y un segmento de la sociedad marroquí, desafiando la idea de una solidaridad magrebí homogénea durante este periodo crucial.
En conclusión, este documento de inteligencia francés de 1957 ofrece una perspectiva matizada sobre las relaciones entre Argelia y Marruecos durante la guerra de independencia. Muestra que las ambiciones territoriales de Marruecos jugaron un papel significativo en la dinámica regional e invita a reconsiderar las narrativas históricas simplificadas que pasan por alto las complejidades de este período.
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