La « Generación Z » sacude Marruecos: protestas sociales con riesgo de convertirse en una bola de nieve
Los días 27 y 28 de septiembre, varias de las principales ciudades marroquíes —Rabat, Casablanca, Tánger, Mequinez, entre otras— fueron escenario de manifestaciones inéditas. El detonante: llamamientos difundidos en la aplicación Discord por un colectivo digital de reciente creación llamado «Generación Z… Voz de la juventud marroquí». En cuestión de días, estas convocatorias lograron movilizar a miles de jóvenes que exigen mejorar la educación pública, reformar el sistema sanitario y abrir auténticas oportunidades de empleo, en un país donde el desempleo juvenil alcanza cifras récord.
Represión policial y oleada de detenciones
La respuesta de las autoridades fue inmediata y contundente. Videos ampliamente compartidos en redes sociales muestran un despliegue masivo de las fuerzas de seguridad en calles y plazas, así como arrestos de decenas de manifestantes, incluidos militantes políticos y periodistas.
Entre los detenidos destaca Farouk Mahdaoui, miembro de la dirección de la Federación de la Izquierda Democrática, arrestado frente al Parlamento en Rabat ante las cámaras.
La Instancia Marroquí de Apoyo a los Presos Políticos (Hemm) expresó su «profunda preocupación» por lo que calificó de «intervenciones autoritarias» contra concentraciones pacíficas, denunciando violencia y un «uso ostentoso de la fuerza». La organización exigió la liberación inmediata de todos los arrestados y el respeto al derecho a manifestarse.
La izquierda suspende el diálogo con el gobierno
Ante este clima de represión, la Federación de la Izquierda Democrática anunció la suspensión de su participación en las consultas sobre las próximas elecciones legislativas, condicionando su regreso a «un entorno político saludable que garantice las libertades fundamentales».
En un comunicado, el partido denunció que «las calles se convirtieron en zonas de persecución, donde los gritos por libertad, dignidad y justicia social fueron silenciados a golpe de porra». La juventud de la organización afirmó que varios de sus miembros, incluido su secretario nacional, fueron detenidos «en condiciones arbitrarias y vengativas».
Un malestar social de larga data
Para el periodista Ali Anouzla, estas movilizaciones se inscriben en la continuidad de un descontento acumulado desde el movimiento del Rif en 2017, duramente reprimido. Recuerda además las recientes protestas por el deterioro de los servicios hospitalarios, el aumento de precios, la falta de agua potable en zonas rurales y las manifestaciones casi semanales contra la normalización de relaciones con Israel.
Esta acumulación de crisis, subraya, contradice el discurso oficial del primer ministro Aziz Akhannouch, quien declaró recientemente que «los marroquíes están satisfechos con los logros de su gobierno». Anouzla advierte: ignorar estas demandas, especialmente ante el inminente discurso del rey Mohamed VI en el Parlamento, «podría convertir este movimiento naciente en una auténtica bola de nieve imposible de detener».
Generación Z: de nativos digitales a protagonistas de la protesta
Nacidos entre 1997 y 2012, los miembros de la Generación Z han crecido con las redes sociales, que consideran una extensión natural de su identidad. Este mismo perfil ha hecho de este grupo un actor decisivo en movilizaciones en países como Nepal, Sri Lanka, Bangladés, Indonesia o Francia.
En Marruecos, su capacidad para organizarse rápidamente en línea e imponer sus mensajes en el espacio público desafía los métodos tradicionales de control.
Escenarios abiertos para la monarquía marroquí
Estas protestas se desarrollan en un contexto de tensiones internas crecientes, marcado por rivalidades dentro de los aparatos de seguridad y rumores de desacuerdos en torno al influyente consejero real Fouad Ali El Himma. Al mismo tiempo, la política exterior del reino —en particular la normalización de relaciones con Israel y la posición considerada tibia frente al conflicto en Gaza— alimenta un resentimiento popular.
Si la represión continúa y las demandas sociales siguen siendo ignoradas, este movimiento, todavía limitado pero altamente simbólico, podría superar el marco de una simple protesta juvenil para transformarse en una amplia movilización social capaz de redefinir el panorama político marroquí en los próximos años.
Por Belgacem Merbah
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